Reforma laboral: Por tierra, mar y aire (2)
El tercer
pilar de la estrategia comunicativa del PP es la falsedad de culpabilizar a la
legislación laboral del nivel de paro de nuestro país.
No contentos con
justificar su reforma en falsedades, la presentación y explicación de la misma
se hace con mentiras. Desde la rueda de prensa
posterior al Consejo de Ministros, el Real Decreto Ley 3/2012 esta siendo
vendido con mentiras tales como que es equilibrado, que garantiza los derechos
de los trabajadores, que solo se limita a acabar con privilegios. O que afecta
por igual al poder de sindicatos que a las patronales. Se
esconde que el RD ley permite la modificación unilateral de condiciones de
trabajo que no solo afectan a los términos de la prestación de trabajo, sino
que irrumpen en la vida de las personas – especialmente las mujeres - con los
cambios unilaterales y sin control de jornada o de salarios. Se dice que se
apuesta por la formación y el contrato de aprendizaje y formación reduce del
25% al 15% las horas dedicadas a formación a partir del segundo año. Se dice
que simplifica la contratación y lo que se hace es mantener todas las
modalidades de contrato menos la más protegida y se crea un contrato de crisis
con un período de prueba de un año en unos momentos en que la media de
contratos no supera los seis meses. Se dice que termina con la dualidad y se
genera más segmentación, entre trabajadores antiguos y nuevos, entre
trabajadores de grandes empresas y los de menos de 50 trabajadores. Se dice que
no toca los derechos de loa trabajadores actuales y se facilitan y abaratan las
condiciones de los despidos, regulando incluso la aplicación retroactiva de los
límites en la indemnización.
Y así hay mil ejemplos de mentiras en la explicación de la reforma. Se dice que
la desaparición de la autorización administrativa previa en los ERES es
substituida por el acceso a los Tribunales y en otro artículo se limita al
máximo la tutela judicial, intentando impedir que los jueces puedan entrar a
juzgar la causalidad, razonabilidad y proporcionalidad de las decisiones
propuestas de las empresas, como sucedía hasta ahora.
La reforma laboral se basa en una falsedad, se explica con
mentiras y se justifica con un engaño. Se dice que va a contribuir a crear
empleo y que dificulta su destrucción. Y es ahí, donde la estrategia
goebbeliana de la División mediàtica Brunete comienza a hacer aguas. Como Rajoy
y su gobierno saben que la asfixia financiera de las empresas, las políticas de
ajuste fiscal drástico y la pérdida de salarios va a provocar un incremento del
desempleo, comienzan a matizar sus afirmaciones. El discurso de Rajoy comenzó diciendo que en el
2012 no se reduciría el paro, luego incluso se acepta que durante el 2012 se
incrementara el desempleo. Y para curarse en salud se reconoce que la reforma laboral no
va a crear empleo a corto plazo, solo a medio o largo plazo, cuando se reactive
la economía. Por supuesto, cuando se reactive la economía se creara
empleo, pero también se crearía igualmente con la legislación laboral anterior
a 2011. Es
precisamente lo que venimos diciendo algunos para desmontar tanta falsedad. Conviene recordar que con la legislación que ahora se
deroga, el empleo en España creció entre 1995 y el 2007 en un 62,7%, diez veces
más que en Alemania (6%) y 5 veces más que la media de la UE (12%).
Desgraciadamente este crecimiento lo fue sobre arenas movedizas, por eso en 4
años se han destruido más de 2,5 millones de empleos, de los cuales el 55%
corresponden a la construcción, mientras la población activa continua
creciendo.
Es cierto,
cuando se reactive la economía se creara empleo, pero será mucho más precario y
con menos derechos. Porque este es el
verdadero objetivo de la
reforma. El objetivo de esta reforma es coyuntural, forzar a la baja
los salarios como salida de la crisis, pero lo hace con medidas estructurales –
la única verdad de Rajoy, la reforma es estructural -. Se
pretende diseñar un modelo de relaciones laborales donde los trabajadores
individual y colectivamente tengan menos posibilidades de negociar sus
condiciones de trabajo y en consecuencia se produzca una redistribución de
rentas, de los salarios a los beneficios.
El verdadero y oculto motivo de la reforma es
disciplinar para el futuro la fuerza de trabajo y para ello, intimidar a los
trabajadores y debilitar la negociación colectiva o limitar la actuación de los
sindicatos es el camino.
Por eso, Rajoy y los poderes económicos a los que
representan saben que para ganar esta batalla, deben aprovechar la crisis para
cargarse a las organizaciones sindicales y sus instrumentos, la negociación
colectiva y la intervención sindical en los centros de trabajo.
Y es con el fin de alcanzar este objetivo estratégico que se
ponen en marcha todos los medios al alcance de la Brunete mediática, por
Tierra, mar i aire.
Afortunadamente en las manifestaciones del domingo 19 de
febrero los trabajadores/ras y la ciudadanía demostraron que no se lo van a
poner fácil a Rajoy, su Gobierno. Y también por eso mismo es de esperar que el
PP ponga en marcha todas sus armas de destrucción masiva.
A las que como siempre deberemos
responder con nuestras armas democráticas, las de los argumentos, el debate, la
explicación y todos los mecanismos de movilización que están en nuestras manos
y que conseguimos precisamente para conquistar y defender derechos.
Disculpad
los símiles bélicos, pero es que los comportamientos de la bancada popular y
sus voceros me los recuerdan insistentemente. No puedo evitarlo, me traen viejos y amargos recuerdos.
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